La trayectoria musical de Victor Coyote es larga. Empezó en los años 80, el momento en que estallaba la Movida. Los Coyotes inauguraron la escena punkabilly de la época, para, tres años después, destrozar esa reputación a base de ritmos latinos y teorías panamericanistas. En esa étapa de su carrera, Víctor adelantó un ideario musical alejado de la corriente del pensamiento imperante -la fascinación por la Europa rica- a base de dosis de horterada de culebrón y particulares letras de compromiso social. De ésta época son sus éxitos menores «Cien guitarras» o «Esta Noche me Voy a bailar».
Los Coyotes se disolvieron en el año 1992 y Victor comenzó una carrera en solitario caracterizada por lo que ya había defendido en el grupo: la incoherencia musical mas coherente. Esto es, intentar no aburrir al público, intentar a la vez que éste siga sus movimientos e intereses musicales y, sobre todo, practicar la fe en la música popular antigua y moderna.
Todo esto hace que la carrera musical de El Coyote no sea monolítica. Su discografía incluye un disco que mezcla el funk con el espíritu del Brasil Nordestino -Lo bueno dentro- un experimento Electrorock a base de contrabajo y loops de guitarra eléctrica -Lucha de migajas-, un mini CD de excelentes canciones powerpop, mas propio de un grupo que de un solista -¿A qué viene ahora silbar?-, un disco intimista, dramático, descreído, y deglam-folk -Dos años luz y cuarto- y una colección de canciones interpretadas para reivindicar la figura del crooner de pueblo -De pueblo y de río- a golpe de versiones de clásicos locales, clásicos folclóricos, clásicos universales de músicas poco valoradas culturalmente y clásicos completamente desconocidos.
Pero que nadie se lleve a engaño, en el fondo de esta supuesta variedad estilística se identifica perfectamente el sello del Coyote: Nunca hubo artista que, haciendo confluir influencias musicales tan dispares, haya conseguido una voz tan personal e identificable.
Su nuevo trabajo, un CD-single de tres canciones -Cumbia de Milagro- es tan arrebatador en el ritmo y tan riguroso en su lírica como siempre ha sido toda su discografía. Incluye una serigrafía/impresión digital -se edita en dos formatos- firmada y numerada del artista.
Por otro lado, Víctor Coyote no es sólo músico. Sus trabajos gráficos e ilustraciones han sido publicados en numerosos medios, sus trabajos escénicos en Espacio Fundación Telefónica (Madrid) son siempre interesantes y su libro “Cruce de Perras” es el libro de relatos que mejor define una época -los 80- desde un punto de vista muy alejado de la autocomplacencia.