Aaron Rux & The Crying Cowboys
COMPRAR ENTRADAS 12€
Aaron Rux, originario de Spokane, Washington, EE. UU., vivía una noche en un hotel de Roswell, Nuevo México, donde la música de un grupo de mariachis en el restaurante del hotel resonaba en su habitación. En medio de una crisis de ansiedad, recibió una llamada de una amiga de la universidad, y juntos llegaron a la conclusión de que la vida es demasiado corta y demasiado larga para no seguir sus sueños. Al día siguiente, Aaron dejó su trabajo como perito de reclamos y comenzó a planear su escape a Madrid para iniciar su carrera artística.
En España, Aaron Rux se convirtió en una figura destacada en la escena cultural. Comenzó con un proyecto de folk orquestal llamado Akrobats, que le llevó a componer bandas sonoras para películas y a participar en festivales de cine, como la Berlinale y el Festival de cine Español de Málaga. Ganó el premio a la mejor banda sonora en este último festival por la película «Todos Están Muertos». También se unió al colectivo humorístico Canódromo Abandonado, que se convirtió en un fenómeno de culto en la escena artística madrileña y creó la película «La Tumba de Bruce Lee» en 2013, una suerte de Brucesplotation española.
Dos años después de su debut, Aaron Rux se unió a los Crying Cowboys, un grupo de crooners nómadas que exploraban temas de amor y soledad en un paisaje desértico. Grabaron su segundo álbum, «Crying Cowboys», en Madrid y Spokane, con influencias que iban desde el country hasta el soul, el soft-rock y el folk de los años 60 y 70. La música evocaba a artistas como J.J. Cale, The Troggs y otros. La portada del álbum mostraba a Aaron Rux sonriente y quemado por el sol, tocando la guitarra junto a una serpiente, simbolizando la idea de que el amor, a pesar de sus desafíos, sigue siendo una de las experiencias humanas más hermosas.
En resumen, la historia narra la transformación de Aaron Rux, desde su crisis de ansiedad en un hotel de Roswell hasta su exitosa carrera artística en Madrid, donde exploró la música y el humor, y finalmente se unió a los Crying Cowboys para crear música que reflexionaba sobre el amor y la soledad en un entorno desértico.
